viernes, octubre 12, 2007

Al Gore nobel de la paz 2007


"Una verdad incómoda" empezó a estrenarse durante el verano de 2006 en Estados Unidos en eventos donde el presentador era Al Gore, aquel distante ex vicepresidente del país, que llegó a ganarse al público, molestó al statu quo en Washington y brilló en los últimos Oscar.

La obra que durante una hora y 40 minutos pone el lente en Al Gore, de 59 años, como todo un profesor para alertar sobre los riesgos del calentamiento de la Tierra convirtió al hombre de pocas sonrisas en un ser simpáticamente ubicuo y hoy en una de esas pocas personas en el mundo que cargan con el título de Premio Nobel.

Desde 2006 y en nombre de este documental dirigido por David Guggenheim, que en febrero se alzó con los Oscar por Mejor Documental y Mejor Canción Original para "I Need to Wake Up", de Melissa Etheridge, Al Gore ha recorrido el mundo cual profeta "verde" con el fin de extender su llamado a una movilización planetaria para evitar un catastrófico cambio climático.

Este viernes, Al Gore se convirtió en el Premio Nobel de la Paz 2007 junto al Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), y la ironía más grande fue que después de más de un año recibiendo avalanchas de elogios y trofeos, el jueves un juez británico recomendó no sumar esta obra al programa educativo escolar por contener afirmaciones "alarmistas y exageradas".

Hasta la noche del jueves una de las noticias más leídas en diarios en línea era la decisión de un magistrado del Tribunal Superior británico que determinó que "Una verdad incómoda" no era del todo exacta y aunque apuntó que en términos generales trataba un tema real consideró que su "visión apocalíptica" era políticamente partidista.

Por el momento Al Gore solo ha reaccionado al Nobel y es una incógnita si emitirá alguna reacción a la polémica focalizada en Gran Bretaña.

"Estoy profundamente honrado de recibir el Premio Nobel de la Paz", dijo en sus primeras reacciones en un comunicado el otrora hombre serio y sin arrastre popular del partido Demócrata.

"Enfrentamos una verdadera emergencia planetaria. La crisis climática no es un asunto político, es un desafío moral y espiritual de la humanidad. Es también nuestra mayor oportunidad para elevar la conciencia global a un mayor nivel", agregó Gore.

La cara mundial de los trastornos del clima reveló que con su esposa, Tipper, donarán "el 100% de lo ganado por el premio a la Alianza para la Protección Climática, una organización independiente sin fines de lucro que está dedicada a cambiar la opinión pública en Estados Unidos y el mundo sobre la urgencia de resolver la crisis climática".

Lejos de su imagen de hombre de escaso carácter, como fue etiquetado en sus tiempos de vicepresidente, Gore hizo una pausa en su vida profesional desde mediados de 2006 para promocionar esta película distribuida por Paramount.

"He sido un aficionado al cine toda mi vida, pero esta experiencia, y poder trabajar con la gente tan talentosa que hizo esta cinta, me ha convencido de que películas como estas cumplen un papel verdaderamente importante", dijo en Los Angeles durante el verano de 2006.

En aquellos actos que lo llevaron a proyectar el documental en parques repletos de familias, tuvo la oportunidad en una céntrica plaza de Los Angeles de presentar la obra junto a Jon Bon Jovi, y durante la performance del roquero se le vio entonando y moviendo un poco el cuerpo abrazado muy calurosamente a su esposa.

Sin duda, gracias al documental la imagen de Al Gore dio un giro irreversible para convertirlo en un hombre dicharachero y jovial que ubicó el tema de la salvación del planeta en las esferas más altas que rigen a la humanidad: la verdad más incómoda para el statu quo de su propio país.